Con un tono más académico que la Marcha del Orgullo Gay, la militancia homosexual y el arte más transgresor confluyen en tres días de actividades. Música, teatro y una delirante entrega de premios.
Sonará inquietante: va a haber que atravesar una vagina gigante dispuesta como puerta de acceso para entrar al Primer Festival de la Escena Queer en Buenos Aires. El significado que se le atribuye habitualmente a la palabra “queer” engloba de manera poco precisa a lo gay. Los organizadores del Festival buscan ser claros con las definiciones. Pero la puerta de vagina gigante no ayuda a corregir ese concepto, aunque tampoco lo afirma del todo. “Queer es lo que pone en cuestión la idea de rareza y normalidad”, dice Monina Bonelli, actriz, futura dramaturga y una de las organizadoras del Festival. Y mientras habla se mete al bolsillo una tarjeta con los datos de Roberto Piazza. ¿Este dato sirve o confunde más todavía?
Como una síntesis entre la desfachatez de la Marcha del Orgullo Gay, la mirada académica del Centro de Estudios Queer del Rojas y el sedimento artístico del Parakultural, el Festival Queer (11, 12 y 13 de noviembre en el espacio El Cubo de Zelaya 3053) va a mezclar una retrospectiva de José María Muscari con desfiles, obras de teatro, performances y la actuación live de Celeste Carballo (“Están peleadas con Sandra”, se lamenta Monina. Como si fuera poco, ese mismo fin de semana van a competir, porque Mianovich estará tocando sus temas en el Teatro Opera). “Lo queer queda apartado de los eventos institucionales o incluido en algunos acontecimientos culturales pero que tienen otro piné. Es indignante: la manifestación de lo queer ocurre en el varieté ¡y es mucho más que eso!”, se enoja Maruja Bustamante, organizadora, también actriz y directora de cine y teatro.
En mayo del año pasado Fernando Peña disparaba en la Revista TXT: “La gente de la CHA que me pelea piensa que (ser gay) es un problema (…) No me gustan los guetos ni los grupos ni ponernos todos juntos. Si hay un hotel gay, yo no voy”. En esta ocasión, la CHA es una de las instituciones auspiciantes. Polémicas aparte, Peña es uno de los nominados a los “Queer Awards” que se van a entregar en ceremonias espontáneas durante los tres días del Festival. ¿Irá a recibir su estatuilla? Las chicas explican algunos otros premiados en la lista:
· Alejandro Urdapilleta, Barby, Peter Punk y Fernando Noy: “Son referentes de lo queer y la remaron desde siempre”.
· Belén Blanco: “Se para frente a la actuación desde un lugar más border que el resto”.
· Florencia de la V: “Es EL ícono popular queer. ¡Una travesti que logró ser vedette! Además es aceptada hasta por mi abuela, eso no lo logra cualquiera”.
· Roberto Piazza: “Hace supercolecciones barrocas y en los desfiles junta a Ana maría Giunta con modelos espigadas”.
En coordinado feng shui con la puerta, las estatuillas también tendrán forma de vagina. “Es que los premios siempre son fálicos y tienen nombres de hombre. Lo queer se piensa gay y lo gay se piensa como algo masculino. La vagina viene a descentralizar, supongo”, dice Maruja. Advertido de su galardón, Fernando Noy pidió que a su estatuilla le agregaran unos dientecitos. Pero, más allá de la exaltación de la frivolidad y el under, también habrá teatro, debates, poesía y hasta un “Minuto Queer” coordinado por Mosquito Sancinetto con un micrófono abierto.
Funcionan como antecedente los festivales queer de Florencia, de Australia o el de San Francisco, por nombrar sólo algunos. En Buenos Aires, además, el Festival Nacional e Internacional de Cine y Video Gay, Lésbico, Trans ya va por su segunda edición y no es casual que esto pase en la primera ciudad de Lationamérica donde se acepta la unión civil entre personas del mismo sexo. De vuelta en el terreno de las acepciones, la celebración apunta a mejorar la idea del queer-gay (también graciosamente popularizada por el programa Queer Eye For The Straight Guy). Y cabe la aclaración de Monina: “A nosotros también nos cuesta llegar a la definición de queer. Ponéle que es transgresor aunque no solamente eso”.
Con gestión y financiación propia, el team de organización (que se completa con Flork De Angelis, una cineasta de look andrógino, y Cristian Morales, actor y director de teatro) apuesta a que con 10 pesos de entrada y 300 personas circulando cada día sea suficiente para pagar los cachets de onda que pidieron algunos participantes como Celeste Carballo. El artista plástico, escritor y cantante Dani Umpi viene desde Uruguay a participar. Y dice: “La invitación me dejó pensando, me replanteó muchas cosas, porque siempre le tuve cierto pudor al rótulo de ‘queer’. Nunca me gustó alinearme a alguna corriente de pensamiento, hasta que me dije: ‘Dani, ¡sos mega queer!’. Voy muy contento y entusiasmado, con todas mis canciones, a festejar. Porque es un festejo”. Posiblemente la diferencia esté marcada más desde lo nominal (o, si se quiere, ideológico): el paisaje queer (o gay o freak) no es nuevo ni extraño en Buenos Aires. Pero ¿eso importa? ¿Servirá acortar las distancias entre el discurso poético de Carballo, el premio a Piazza y el teatro militante? Como sea, las respuestas se verán dentro de poco, vagina gigante mediante.
Florencia Werchowsky / Diario Clarin / Buenos Aires 2005
domingo, octubre 08, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario